lunes, 22 de octubre de 2012

DIFICILES Y DOLOROSAS

Le escucho decir «son medidas difíciles y dolorosas». Con la monotonía de una lluvia fina, los recortes que usted lidera nos van empapando a toda la ciudadanía. Nunca mira a los ojos cuando habla de médidas «difíciles y dolorosas» siempre agacha la mirada para manosear nervioso unos papeles donde al parecer lleva escrito que son médidas «difíciles y dolorosas». Ya sabemos que a usted le duele más que a nosotros y que por eso necesita llevar la chuleta de las medidas «dolorosas y difíciles». Todo padre que se precie tiene que castigar a sus hijos sin postre o sin salir a jugar a la calle si han hecho alguna trastada, pero, señor presidente, ni hablamos del postre ni los supuestos hijos han hecho la trastada de «vivir por encima de sus posibilidades», cantinela que a usted y su gobierno le gusta repetir. Hablamos de dignidad y derechos.

Ya sabemos que España «es un gran país» y que somos todos una gran familia donde los ciudadanos somos los primos y ustedes los primeros en cobrar, bueno, ustedes y sus amigos los bancos. Le propongo, señor presidente, que vaya a casa de mi primo Luis Miguel y le diga, mirándole a la cara qué son médidas «difíciles y dolorosas», no tenga ningún empacho ni temor. Luis Miguel tiene una incapacidad del 97%. No puede caminar, no puede hablar, no puede comer sin ayuda, no puede hacer sus necesidades por sí mismo, no puede recriminarle, así que no tema. Aunque sí puede sonreír y con toda seguridad cuando usted, señor Rajoy, le diga que necesita el 15% de su percepción de la dependencia para dársela a los bancos, cuando le diga que la recibe con retraso porque los bancos son primero, él le regalará una sonrisa de oreja a oreja que usted no podrá devolver porque usted no sabe sonreír, solo sabe reírse de la gente que le votó y la que no.

LEOPOLDO M. FUENTES FUSTER