Todos sabemos lo que ha pasado en Haití, miles y miles de muertos, mala cosa, sobre todo cuando son los más pobres los afectados. Cuando me ponía a escribir esto todavía no sabíamos nada de Stanley y Soraya, militantes de la JOC de allí que conocimos Tomás y yo en el Consejo Internacional de la JOC. Pero justo en este momento hemos sabido que están bien, están vivos, aunque en las escuelas donde trabajaban hay unos 200 muertos, imagino que lo estarán pasando muy mal. Desde aquí rezo para que tengan fe y esperanza para superar el horror que estarán viviendo. En mi viaje a la República Dominicana hubo muchas cosas que me chocaron, una de ellas era la situación de los haitianos en este país, eran y son los pobres entre los pobres, el escalafón más bajo de una sociedad marcada por la necesidad, necesidad de justicia. Mientras que no solucionemos estas desigualdades e injusticias seguirán habiendo miles de muertos, cualquier terremoto o tsunami matará a miles de inocentes, simplemente por estar desprotegidos. La ayuda no tiene que ser siempre a posteriori, dicen en mi pueblo que "más vale prevenir que curar", así que sigamos trabajando para evitar estas catastrofes, empezando por pedir justicia para/con los pobres.
En la foto Soraya, de Tomás.
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