Hoy tengo la necesidad de decir que sí, que soy clase obrera, que estoy orgulloso, que no quiero que me compren, que no, que no quiero viajar a tutiplén por el mundo porque es barato, ni quiero tener una casa con todo tipo de lujos, ni quiero gastar dinero en mil regalos, porque toca, porque es festivo, porque es su cumpleaños, porque hace un siglo que están juntos... ¡Que noooo! Que no quiero desclasarme, que quiero seguir sintiendo que la austeridad es mi forma de vida, que el camino a lo humilde es algo bonito, duro pero enriquecedor, hay que renunciar, no nos dejemos pillar, el consumo está acechando, aprieta por todos lados, ¡gasta, gasta, gastaaaaa! Es lo que nos dicen y yo digo. ¡Déjame! Quiero seguir sintiéndome un obrero, un proletario, un currito, no quiero que me engañen. Hoy puedes ser un obrero y creer que eres más importante porque vistes esta o la otra marca de ropa ¡pues no! Hoy y SIEMPRE un obrero es muy importante porque su trabajo y su ser Hijo de Dios lo hacen así, no porque nos lo digan las marcas de turno. ¡Paren el CONSUMO que me apeo!
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