El domingo pasado y este mismo han puesto, dos documentales en la 2, en la sobremesa: “El tren de la memoria” y “Más allá de la alambrada”, historias de la guerra civil y de republicanos españoles en los campos de concentración nazis. Han sido dos tardes para mí bastante difíciles por un lado, y tremendamente “fortalecedoras” por otro. Es muy duro escuchar sus vivencias “éramos enfermos durante la estancia en Mauthausen y ahora seguimos siéndolo después de lo vivido allí” “todo el mundo pensó en suicidarse alguna vez, tanto allí como después”. Pero también me mola verlos, porque cuando lo estoy viendo y mis ojos se llenan de lágrimas, mis pelos se ponen de punta y en mi garganta se forma un nudo, noto, siento y refuerzo mi sentimiento de cercanía, de ser de ese bando, de sentirme parte de esa gente, en mi interior se levanta el puño cerrado y siento su dolor como mío. Por desgracia muchos murieron, pero otros están vivos para narrar y transmitir todo el sufrimiento y horror que allí vivieron. Y yo que por suerte no lo viví digo: “compañeros, amigos, camaradas, hermanos… vuestra lucha es mi lucha, abajo el fascismo y sus representantes, sean del signo político que sean”.
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